La decisión de comprar una propiedad es una de las más importantes de tu vida. Y la persona que te guía en ese proceso puede ser tu mayor aliado o tu peor enemigo. He visto a demasiada gente llegar a mi oficina frustrada, después de una mala experiencia con un "asesor" que en realidad era un vendedor con un solo objetivo: su comisión.
Tu futuro financiero es una sociedad, no una simple transacción. Por eso, es crucial que sepas distinguir a un verdadero socio estratégico de un vendedor de propiedades. Aquí te dejo 3 señales de alerta que no puedes ignorar.
Señal de Alerta #1: Hablan de Propiedades Antes de Hablar de Tus Metas
- El Vendedor: La primera pregunta es "¿cuál es tu presupuesto?". Inmediatamente después, abre un catálogo y te muestra los 3 o 4 proyectos que tiene en su inventario. Su meta es que calces en una de sus cajas.
- El Estratega: La primera pregunta es "¿cuál es tu meta financiera en 15 años?". Antes de ver una sola foto, quiere entender tu plan de jubilación, tu capacidad de ahorro, tus miedos y tus sueños. Su meta es encontrar una caja que se construya a tu medida.
Señal de Alerta #2: Sus "Opciones" son Extrañamente Limitadas
- El Vendedor: Te dice que tiene "las mejores oportunidades del mercado", pero curiosamente todas pertenecen a la misma inmobiliaria o a un par de socios. Su lealtad no está contigo, está con su inventario.
- El Estratega: Es agnóstico. No tiene un producto favorito. Su trabajo es peinar TODO el mercado (cientos de proyectos de decenas de inmobiliarias) para encontrar el activo que mejor se alinea con la estrategia que definieron juntos. Su lealtad es 100% contigo.
Señal de Alerta #3: Desaparecen Después de que Firmas la Promesa
- El Vendedor: Su trabajo termina cuando logran tu firma. El proceso del crédito hipotecario, el estudio de títulos, la notaría... de repente, estás solo navegando un mar de burocracia.
- El Estratega: La firma de la promesa es solo el comienzo de la relación. Te acompaña de la mano con el banco, revisa los documentos legales y está disponible para resolver dudas hasta el día en que te entregan las llaves, e incluso después.
Conclusión
No te conformes con menos. Exige un socio, no un vendedor. La diferencia se medirá en tu tranquilidad durante el proceso y, más importante aún, en la rentabilidad de tu patrimonio a futuro.
Nuestra primera conversación nunca es sobre propiedades. Es sobre ti. ¿Quieres experimentar la diferencia? Pon a prueba nuestro enfoque. Agenda una asesoría sin costo y sin compromiso.